Desde sus inicios, el diseñador Adolfo Dominguez aportó una visión diferente de la moda ya que imaginaba las prendas como una segunda piel, queriendo transmitir en sus minimalistas diseños una elegancia natural impregnada de poesía y emoción. Agua Fresca (1993) fue la primera fragancia de lo que se convertiría en su Colección Natural, una gama de aromas muy fácil de llevar tanto para hombre como para mujer caracterizada por su frescura y elegante sencillez.
adolfo dominguez